Hay una mirada específica en los ojos de un hombre cuando no sabe quién es.
Es en parte sed, en parte adoración, en parte pánico sutil.
Como un perro en una tormenta tratando de hacer contacto visual con Dios.
Vi cómo veinte de ellos se arremolinaban, tropezando con sus propios zapatos para estrechar la mano de un hombre que ya les había entregado las llaves del reino.
Mientras tanto, me senté cerca.
No porque no me invitaran.
Pero porque ya estaba encendido.
Desde dentro.
La verdad sobre el poder (que la mayoría pasa por alto)
He aquí la tragedia en tiempo real:
Un hombre lo da todo -juego, sangre, proyecto, sabiduría probada en batalla- y la gente sigue persiguiendo la proximidad por encima del poder.
Creen que rozar los hombros de un rey les coronará.
Creen que un momento de contacto visual desbloqueará el destino.
Pasan por alto el hecho de que la corona pesa, y el hombre que la lleva acaba de salir del campo de batalla.
La desesperación huele a colonia barata y a frases a medio terminar.
"Alpha, puedo..." "Alpha, pregunta rápida...", "gran fan, firma mi libro..."
En realidad, no les culpo ni les juzgo demasiado.
Este hombre es un verdadero Alfa.
El tipo que hace que la palabra "macho alfa" se haya convertido en el mundo actual en algo pútrido en comparación.
No fue revisado.
Estaba recuperando el aliento.
No estaba distante.
Se estaba recuperando de unos días en los que había vertido hasta la última pizca de estrategia, psicología y verdad en unas mentes que sólo aplicaban el 10%, si tenían suerte.
Y, sin embargo, le acosaron.
Clamando por un momento, una sonrisa, un selfie.
No por falta de respeto, sino por ceguera.
No pudieron ver que el verdadero regalo ya había sido dado.
En forma de marcos, ideas y acceso, con una integridad implacable.
Y en lugar de sentarse con lo que ya estaba desbloqueado, lanzaron su integridad a la multitud como rosas en un concierto, luchando por un guiño borracho de un rey que ya había cumplido con su deber.
Por qué no me mudé
Podría haber forzado la entrada.
Dando codazos como un bro de startup con un embudo sin lanzar y un curso de IA a medias.
En lugar de eso, me senté.
Todavía.
No esperar el permiso: ser testigo de la lección.
Porque ésta es la verdad:
El hombre más poderoso de la sala no es el perseguido...
Es el que recibió plenamente lo que ya se le había ofrecido.
O eres leña o eres fuego
¿Los hombres que perseguían la proximidad?
Leña.
Útil, hasta que se consume por el momento.
Publican sus selfies con una sonrisa de oreja a oreja y ponen como pie de foto "Networking 🧠🔥"...
Pero echa de menos que la potencia no se absorba con el contacto.
Se activa a través de la reflexión.
¿Pero fuego?
El fuego no empuja.
El fuego no se hace de rogar.
El fuego no necesita verse.
Exige reconocimiento sólo por su presencia.
El Círculo Interior
Más tarde esa noche, después de que hubieran pasado horas, el Alfa escapó de la multitud con aspecto agotado.
Como era de esperar, el rebaño emigró hacia su compañero.
Una vez que el último se fue.
Me acerqué a su compañero.
Graciosa.
Breve.
Presente.
Ningún lanzamiento desesperado.
Sin necesidad.
Simplemente ofrecí reconocimiento, presencia, gratitud y un vínculo con la misión.
La abrió en ese momento.
Me dijo que reconocía el fuego en mí.
Luego me invitaron a su Círculo Interno.
No lo dijo por cortesía.
Lo dijo porque sentía algo real.
Vio que yo ya lo sabía.
No he venido a perseguir el poder.
Vine para convertirme en ella.
Y no lo olvidará.
La verdadera lección
No necesitas una foto con potencia si has absorbido su transmisión.
No necesitas proximidad si ya has entrado en el camino.
Los hombres que persiguen el poder se quedan orbitando reyes.
¿Hombres que reciben el don y construyen sobre él?
Se convierten en reyes.
Así que siéntate.
Recibir.
Reflexiona.
Entonces levántate y enciende tu propio fuego.
No me malinterpretes, la proximidad es una gran ventaja.
Es cierto. Tu red ES tu red de contactos.
Pero la proximidad sin presencia no vale nada.
No necesitas que te recuerden por estrechar la mano de gente poderosa.
Tienes que ser recordado por lo que construyes con lo que te da la gente poderosa.
Porque cuando ardes con propósito prolífico e integridad,
el mundo se reúne a tu alrededor, sin mediar palabra.
Bienvenido a Unfiltered Man